
Manuel Muñoz, el breakdancer que se luce en Uno Norte con Avenida Libertad
“La calle es mi mamá”
Un hombre maduro de 17 años que decidió mostrar sus bailes en la calle para poder aportar económicamente en su casa. Su padre es alcohólico y su madre no puede costear los gastos de su casa, por lo que han pasado hambre y han sufrido la amenaza de la pobreza. Ésta es la imagen de un adolescente que detesta las drogas y el alcohol y que ve en la calle una imagen maternal.
Por Gino Costa S.
Seis y media de la mañana del miércoles nueve de mayo. Las luces de las casas y de los edificios de Viña del Mar comienzan a encenderse, dando señales de que un nuevo día está por comenzar. Muchos siguen la rutina normal: ducharse y tomar desayuno para luego ir a estudiar o a trabajar. Ya cerca de las ocho, las calles están repletas de vehículos de la locomoción colectiva y particular, mientras que las veredas están copadas por personas que van a paso rápido para llegar a tiempo a sus destinos.
Asimismo, en las esquinas comienzan a acomodarse los actores callejeros, quienes suelen ser una molestia para la mayoría de los conductores, los que no están dispuestos a dar dinero en cada luz roja de los semáforos, pero ¿sabemos algo de su vida? la verdad es que no mucho, debido a que ya forman parte de las calles, pasando incluso, inadvertidos. A pesar de esto, Manuel Muñoz, quien intenta impresionar a los automovilistas con el breakdance, algo que no se, frecuentemente, en las esquinas. Manuel nos cuenta cómo decidió trabajar en este lugar, su relación de madre e hijo con la calle y los difíciles momentos que ha debido enfrentar en este oficio.
“El breakdance para mí lo es todo”
- ¿Qué es el breakdance?
- Es súper simple, es un baile que combina maniobras gimnásticas con capoeira y funk. La otra vez estuve leyendo algo en una revista y caché que partió en el Bronx, en el setenta y algo con un grupo de negros afroamericanos.
- Para ti ¿qué es el breakdance?
- Para mí lo es todo, si cacha que yo no tengo estudios de baile, yo aprendí con los cabros ahí en la Gome. Desde chico me quedaba pegado viendo en la tele cómo los raperos daban vueltas para todos lados, se ponían las patas en la cabeza y yo quería hacer eso. Hasta que un día vi a un grupo al lado de mi casa que estaba haciendo break, y yo de puro metío les pregunté si me podían enseñar, y como me vieron tan pollo les dio risa pero después se motivaron y me enseñaron ¡y cacha que aprendí rápido po! entonces cuando se presentaban en eventos que hacía la Junta de Vecinos, me llamaban para que yo bailara también.
A pesar de su corta edad y de su léxico coloquial y juvenil, se ve en él un hombre maduro, pues se ha enfrentado a difíciles momentos familiares, lidiando con la falta de dinero, el alcoholismo de su padre hasta no tener nada para comer, sucesos que lo han hecho crecer antes de tiempo y, así, tener una visión bastante clara de la vida.
- ¿Cómo te decidiste a llevar tu baile a la calle?
- Es difícil para mí contarte esto, porque mi familia es pobre, yo llegué hasta octavo básico no más y me tuve que poner a trabajar para llevar plata a mi casa, porque mi papá se la gastaba en copete y mi mamá llegaba en la noche del trabajo y, a veces, no había nada en la despensa para cocinar, o sea, te lo digo directamente, yo tuve muchos días de hambre, de verdad sentí que no tenía nada en la guata y, por eso, me fui a la calle para llevar un poco de monedas para la casa y ayudar a mi mamita, porque mi papá lo único que hace bien es chupar.
- ¿No te llevas bien con él?
- Pucha, es que no quiero hablar cosas malas de él, porque en el fondo igual es mi papá y yo cacho que me quiere, pero a él también le ha tocado difícil y cayó en el copete y está amarrado con esta cuestión. Igual yo he aprendido de eso y no quiero ser como él, espero no caer en adicciones.
Calle v/s delincuencia
El apego de Manuel hacia el breakdance es evidente, cada vez que hablaba de este baile, sonreía. Este chico moreno de 17 años de blanca dentadura, pelo negro y liso, lo entrega todo en la esquina de Uno Norte con Avenida Libertad, donde, a diferencia de muchos otros actores callejeros, sorprende a los conductores con sus atrevidos movimientos y acrobacias, demostrando su gran capacidad física, coordinación, flexibilidad y ritmo.
Si bien, Manuel va con mucha alegría a mostrar a los automovilistas lo que le gusta hacer, ha tenido que soportar el prejuicio que existe con los que trabajan en la calle. Muchos relacionan su trabajo con la delincuencia, lo que lo hace enojar bastante, puesto que con mucha rabia señala: “Yo hago esto para no ser delincuente, yo me gano mi plata”.
- ¿Cómo luchas contra la relación calle – delincuencia?
- Sé que existe pero me tiene chato, hay que aguantarse no más po. Igual yo entiendo a la gente que se asusta por mi pinta, porque es típico que el que anda con pantalones anchos, polerones gigantes, jockey y aros, anda mirando para ir a cogotear a alguien, pero yo no soy así y me enojo caleta po. Yo bailo breakdance en la calle para no ser delincuente, yo me gano mi plata y la llevo para la casa para comer un buen plato de comida y ayudar a mis papás y ojalá después poder estudiar, yo no estoy ni ahí con andar robando y hacerle daño a la gente.
- Entonces ¿Por qué te vistes así? Con pantalones anchos que arrastras por el suelo, polerón con capuchón que, no caben dudas, que no es de tu talla, pues te llega casi a las rodillas.
- Es por un tema de comodidad, porque con ropa ancha me puedo mover más fácil, y ni ahí con andar apretadito como el Pato Laguna (ríe).
“La calle es mi mamá”
Manuel es no transa con sus convicciones, el breakdance es lo suyo y su futuro está en eso. Es por esta razón, que la relación que ha establecido con la calle es bastante especial, dándole una significación de cariño y afecto a algo que para muchos es sólo un pedazo de cemento.
- En el diccionario la palabra calle es definida como: “tramo de una vía urbana comprendido entre dos esquinas.” ¿Qué es para ti la calle?
- La calle es mi mamá, porque ella me vio nacer en el breakdance, me enseñó a bailarlo. Cuando me portaba mal y me mandaba los medios porrazos, la calle me dejaba las medias heridas en la cara. Después me vio crecer y ahora es la que me da la platita para comprarme mis cosas.
- Qué lindo lo que dices ¿le vas a dar un regalo para el día de la mamá el domingo?
- Obvio, voy a estar con ella desde tempranito, haciendo trucos nuevos, tratando de sacar maniobras para dejar babeando a los locos de los autos y, también, para que la calle se sienta orgullosa de que alguien como yo, que no quiere andar metido en drogas ni el copete, anda mostrando el breakdance al mundo.
“La calle es mi mamá”
Un hombre maduro de 17 años que decidió mostrar sus bailes en la calle para poder aportar económicamente en su casa. Su padre es alcohólico y su madre no puede costear los gastos de su casa, por lo que han pasado hambre y han sufrido la amenaza de la pobreza. Ésta es la imagen de un adolescente que detesta las drogas y el alcohol y que ve en la calle una imagen maternal.
Por Gino Costa S.
Seis y media de la mañana del miércoles nueve de mayo. Las luces de las casas y de los edificios de Viña del Mar comienzan a encenderse, dando señales de que un nuevo día está por comenzar. Muchos siguen la rutina normal: ducharse y tomar desayuno para luego ir a estudiar o a trabajar. Ya cerca de las ocho, las calles están repletas de vehículos de la locomoción colectiva y particular, mientras que las veredas están copadas por personas que van a paso rápido para llegar a tiempo a sus destinos.
Asimismo, en las esquinas comienzan a acomodarse los actores callejeros, quienes suelen ser una molestia para la mayoría de los conductores, los que no están dispuestos a dar dinero en cada luz roja de los semáforos, pero ¿sabemos algo de su vida? la verdad es que no mucho, debido a que ya forman parte de las calles, pasando incluso, inadvertidos. A pesar de esto, Manuel Muñoz, quien intenta impresionar a los automovilistas con el breakdance, algo que no se, frecuentemente, en las esquinas. Manuel nos cuenta cómo decidió trabajar en este lugar, su relación de madre e hijo con la calle y los difíciles momentos que ha debido enfrentar en este oficio.
“El breakdance para mí lo es todo”
- ¿Qué es el breakdance?
- Es súper simple, es un baile que combina maniobras gimnásticas con capoeira y funk. La otra vez estuve leyendo algo en una revista y caché que partió en el Bronx, en el setenta y algo con un grupo de negros afroamericanos.
- Para ti ¿qué es el breakdance?
- Para mí lo es todo, si cacha que yo no tengo estudios de baile, yo aprendí con los cabros ahí en la Gome. Desde chico me quedaba pegado viendo en la tele cómo los raperos daban vueltas para todos lados, se ponían las patas en la cabeza y yo quería hacer eso. Hasta que un día vi a un grupo al lado de mi casa que estaba haciendo break, y yo de puro metío les pregunté si me podían enseñar, y como me vieron tan pollo les dio risa pero después se motivaron y me enseñaron ¡y cacha que aprendí rápido po! entonces cuando se presentaban en eventos que hacía la Junta de Vecinos, me llamaban para que yo bailara también.
A pesar de su corta edad y de su léxico coloquial y juvenil, se ve en él un hombre maduro, pues se ha enfrentado a difíciles momentos familiares, lidiando con la falta de dinero, el alcoholismo de su padre hasta no tener nada para comer, sucesos que lo han hecho crecer antes de tiempo y, así, tener una visión bastante clara de la vida.
- ¿Cómo te decidiste a llevar tu baile a la calle?
- Es difícil para mí contarte esto, porque mi familia es pobre, yo llegué hasta octavo básico no más y me tuve que poner a trabajar para llevar plata a mi casa, porque mi papá se la gastaba en copete y mi mamá llegaba en la noche del trabajo y, a veces, no había nada en la despensa para cocinar, o sea, te lo digo directamente, yo tuve muchos días de hambre, de verdad sentí que no tenía nada en la guata y, por eso, me fui a la calle para llevar un poco de monedas para la casa y ayudar a mi mamita, porque mi papá lo único que hace bien es chupar.
- ¿No te llevas bien con él?
- Pucha, es que no quiero hablar cosas malas de él, porque en el fondo igual es mi papá y yo cacho que me quiere, pero a él también le ha tocado difícil y cayó en el copete y está amarrado con esta cuestión. Igual yo he aprendido de eso y no quiero ser como él, espero no caer en adicciones.
Calle v/s delincuencia
El apego de Manuel hacia el breakdance es evidente, cada vez que hablaba de este baile, sonreía. Este chico moreno de 17 años de blanca dentadura, pelo negro y liso, lo entrega todo en la esquina de Uno Norte con Avenida Libertad, donde, a diferencia de muchos otros actores callejeros, sorprende a los conductores con sus atrevidos movimientos y acrobacias, demostrando su gran capacidad física, coordinación, flexibilidad y ritmo.
Si bien, Manuel va con mucha alegría a mostrar a los automovilistas lo que le gusta hacer, ha tenido que soportar el prejuicio que existe con los que trabajan en la calle. Muchos relacionan su trabajo con la delincuencia, lo que lo hace enojar bastante, puesto que con mucha rabia señala: “Yo hago esto para no ser delincuente, yo me gano mi plata”.
- ¿Cómo luchas contra la relación calle – delincuencia?
- Sé que existe pero me tiene chato, hay que aguantarse no más po. Igual yo entiendo a la gente que se asusta por mi pinta, porque es típico que el que anda con pantalones anchos, polerones gigantes, jockey y aros, anda mirando para ir a cogotear a alguien, pero yo no soy así y me enojo caleta po. Yo bailo breakdance en la calle para no ser delincuente, yo me gano mi plata y la llevo para la casa para comer un buen plato de comida y ayudar a mis papás y ojalá después poder estudiar, yo no estoy ni ahí con andar robando y hacerle daño a la gente.
- Entonces ¿Por qué te vistes así? Con pantalones anchos que arrastras por el suelo, polerón con capuchón que, no caben dudas, que no es de tu talla, pues te llega casi a las rodillas.
- Es por un tema de comodidad, porque con ropa ancha me puedo mover más fácil, y ni ahí con andar apretadito como el Pato Laguna (ríe).
“La calle es mi mamá”
Manuel es no transa con sus convicciones, el breakdance es lo suyo y su futuro está en eso. Es por esta razón, que la relación que ha establecido con la calle es bastante especial, dándole una significación de cariño y afecto a algo que para muchos es sólo un pedazo de cemento.
- En el diccionario la palabra calle es definida como: “tramo de una vía urbana comprendido entre dos esquinas.” ¿Qué es para ti la calle?
- La calle es mi mamá, porque ella me vio nacer en el breakdance, me enseñó a bailarlo. Cuando me portaba mal y me mandaba los medios porrazos, la calle me dejaba las medias heridas en la cara. Después me vio crecer y ahora es la que me da la platita para comprarme mis cosas.
- Qué lindo lo que dices ¿le vas a dar un regalo para el día de la mamá el domingo?
- Obvio, voy a estar con ella desde tempranito, haciendo trucos nuevos, tratando de sacar maniobras para dejar babeando a los locos de los autos y, también, para que la calle se sienta orgullosa de que alguien como yo, que no quiere andar metido en drogas ni el copete, anda mostrando el breakdance al mundo.